José Antonio Herrera
Márquez
CAPÍTULO PRIMERO
Génesis del mundo y
del sí mismo en la mimesis ritual
El estudio de la génesis de la
autoconciencia, del lenguaje y de las formas culturales en los primeros sapiens
se aborda en cuatro fuentes. Las formas de la autoconciencia animal, los casos
anormales de deprivación cultural absoluta (niños salvajes), la génesis de la
autoconciencia y el lenguaje en la infancia, y los relatos de la vida de los
pueblos antiguos y la de los pueblos sin alfabeto contemporáneos. Lo que se averigua se proyecta veinte,
cuarenta u ochenta mil años atrás y así se proponen hipótesis y se formulan
conjeturas.
Hace 70000 años aproximadamente aparecen
los primeros sapiens. El instinto en ellos se va difuminando, y el comportamiento
empieza a regirse por el aprendizaje. Su aprendizaje se basa en el
procedimiento de ensayo y error. Hay tres factores en el aprendizaje. A mayor
superficie cerebral, más tiempo de gestación, y mayor tiempo de aprendizaje.
Hasta los cuatro años, la corteza cerebral adaptativa puede aprender nuevos
circuitos. Repetir muchas veces algo es un estereotipo de conducta, una
institucionalización de un comportamiento, un ritual. Uno de los
comportamientos más antiguos es aprender a utilizar y manejar el fuego.
La danza espiritual del fuego. El
primer comportamiento ritual de los sapiens es la danza. En la naturaleza el
fuego se da en los volcanes o por que cae un rayo en un árbol. El hombre le
grita al fuego que hay en el árbol para intentar asustarlo, se acerca a él y se
aleja por el calor. Se vuelve a acercar y se vuelve a alejar. Lo intenta coger
y se quema. El hombre coge una rama ardiendo por la parte que no quema y ve que
puede transportar y mover el fuego, puede utilizarlo.
Las expresiones cromáticas son sinónimas
de las fónicas, y ambas lo son de las kinéticas, como si el caminar y el danzar
fuese un grafismo y los grafismos danzas, como si en sus orígenes más remotos
la danza, el canto y la pintura no estuvieran diferenciados entre sí. Uno de los
episodios más decisivos en la asimilación de la nueva cultura es el hallazgo de
la risa. La risa surge como la resolución de una expectativa angustiosa en
nada. La risa implica confianza en sí mismo y en la propia situación frente a
peligros presagiados, y por eso es también una modalidad de la autoconciencia,
del saber y del poder como lo son el pudor y el aderezo del propio cuerpo.
Los ritos de pintarse la cara unos a otros
o cada uno a sí mismo, hacerse marcas en ella con colores, heridas, perforaciones,
etc., son los actos de signarse, tomar posesión, saber lo que es de uno,
conocer y reconocer lo propio.
Uno toma posesión de sí mismo al
experimentarse reflejado en esos espejos que son al menos esas tres dimensiones
suyas y al experimentar que puede y sabe controlarlas de algún modo. Esa
posesión se toma mediante los ritos de los tatuajes y los nombres, mediante las
normas para las relaciones mutuas y mediante el desarrollo de habilidades, todo
lo cual hace posible y frecuentemente agradable la supervivencia. Vivir,
entonces como ahora, significaba sobrevivir, ganar uno la propia vida para sí
mismo, pero ganársela al caos, a la noche, al hambre, al frío, a los poderes
destructores, a los enemigos.
Los nombres designan una sucesión de cinco
generaciones transcurridas las cuales empieza nuevamente la primera. También en
nuestra sociedad el período de cinco generaciones, o incluso el de tres es el
lapso que la memoria abarca, de manera que el anterior y el siguiente son ya
“otro mundo”.
El proceso de la signación ha quedado
descrito en tres fases. Estas tres fases de la signación corresponden a tres
dimensiones simultáneas, permanentemente paralelas, de un proceso único. Esa
tres dimensiones son, primera, la realización de actividades en orden a la
supervivencia; segunda, el conocimiento de sí mismo en tanto que protagonista o
participante en esas actividades; tercera, el conocimiento del medio en el que
se actúa. La reflexión analítica permite comprender el modo en que las
actividades mediante las que el hombre sobrevive generan un orden social y una
cultura, y el modo en que el hombre se representa a sí mismo en dicho orden.
El poder sagrado se manifiesta generando
fenómenos cósmicos, vegetación, animales de todo tipo y seres humanos. La
porción de fuerza originaria que se toma en los rituales para imponer marcas,
atribuir poderes y distribuir funciones, y con ello definir quiénes van de
hombres y quiénes de mujeres, quién de joven o de anciano, quién de guerrero o
de chaman, es el tótem. Ese poder diferenciado es el tótem, a cuya jurisdicción
pertenecen los miembros de cada grupo humano, y que consta, de entrada de un
nombre y un emblema. El tótem es una concreción del mana para un clan mediante
la que se instaura una división matrimonial. El tótem es y se representa en la
cosa que da nombre al clan. De este modo cada nacido puede tener el tótem de la
madre, el del padre, y uno propio y exclusivo. El tótem tiene una excepcional
potencia clasificatoria gracias a su capacidad signante y a su manifestación en
lugares, tiempos, palabras y gestos determinados, y gracias a su vinculación a
objetos visibles y audibles que se convierten de ese modo en poderosos.
Si comparamos las marcas visuales y
sonoras totémicas con los significantes poderosos que utilizamos en nuestro
medio cultural, o sea, en una nación de la Europa contemporánea, comprobamos
que las manifestaciones y el reconocimiento del poder se dan de modo análogo
tanto en el Estado contractual moderno como en la sociedad totémica. En
concreto el conjunto de signaciones del poder y de lo poderoso es lo que
construye la identidad personal y lo que permite la identificación del
individuo.
Las equivalencias se pueden señalar en los
siguientes medios de construir la identidad y de lograr la identificación: 1.
Nombre, apellidos y profesión. Determinación de qué y quién es el individuo; 2.
Familia y parentesco. Determinación del contexto interpersonal del
poder-identidad; 3. Indumentaria. Identidad e identificación de las diferentes funciones;
4. Herramientas. Identidad e identificación de las diferentes actividades; 5.
Modalidades transferibles del poder-identidad; 6. Sistemas de protección del
poder-identidad individual. Los tabúes; 7. Lugares propios del poder, del
individuo y del grupo; 8. Refuerzos y aminoramientos del poder e identidad
individuales; 9. Depósito de los signos del poder e identidad individuales y
colectivos; 10. Signos del poder-identidad para la eternidad; 11.
Sustancialización emblemática del poder-identidad.
El
entramado de los significantes poderosos, la sintaxis del poder, constituye la
organización de la sociedad, tanto en el paleolítico como ahora. En ambos casos
la sociedad de organiza según actividades específicas que son diferenciaciones
de poder, o sea funciones sociales, profesiones, las cuales, a su vez, se
corresponden con diferentes ámbitos de la realidad.
Universo cultural, lenguaje, y concepción
del mundo son tres expresiones que designan, desde diferentes puntos de vista,
el mismo fenómeno de ordenamiento social. Designan el conjunto amplio de
acciones, de funciones o de papeles que asumen los individuos y en virtud de
los cuales sus vidas tienen un sentido.
Valoración personal. Pienso que la
formulación aquí planteada es muy acertada en cuanto a la aparición de la
autoconcepción en el individuo del Paleolítico. Aunque yo creo que cuando se
trata del fuego, el individuo que consigue hacerse con la rama que está
ardiendo la utilizaría para imponerse sobre los otros individuos y conseguir el
poder y el mandato. Y por supuesto no enseñaría a los demás como coger el fuego
(por que el único poder del grande es que los demás son pequeños), sino que los
otros lo aprenderían observando como lo conseguía coger él.
TEMA
2: CONSTITUCIÓN DEL MUNDO Y DEL SÍ MISMO EN LA MIMESIS VERBAL. DEL RITO AL MITO
Y AL LOGOS.
La
población de sapiens hacia 10000 a.C. pasa de África a Europa, son unos seis
millones de individuos repartidos por todo el planeta. Desde 10000 a.C. hasta
1000 a.C. crece hasta los 250 millones.
Las
funciones expresivas e imperativas del lenguaje son aquellas en las que el
lenguaje humano se parece más a los gritos de los animales.
Función
expresiva del lenguaje. El hombre imita al animal cuando quiere atacar,
aparearse, etc., y todo por ensayo y error hasta que lo hace bien y se
convierte en rito.
Función
imperativa del lenguaje. Por ejemplo cuando un niño quiere agua y dice “agua”,
o cuando quiere algo de su madre y dice “mamá”. También lo son el llanto o la
risa. Es posible que el lenguaje del paleolítico se base únicamente en estas
dos funciones del lenguaje.
Elementos
del rito: kinéticos (danzas, gestos), cromáticos (pinturas, tatuajes),
instrumentales (rama seca, palo afilado), acústicos o fónicos (gritos, voces).
Todos los ritos son religiosos. La religión es la relación entre los individuos
y un poder superior del que dependen la vida y
la muerte.
Puede
ser que el primer acto religioso sea el banquete del animal cazado, porque
salva de la muerte de hambre. Comer tiene significado religioso porque uno
asimila las cualidades de lo que está comiendo. De la caza y la comida surgen
todos los ritos.
Hay
ritos de paso, en los que se pasa de un tipo de vida a otro, y estos ritos son:
comida, nacimiento, muerte, matrimonio, y pubertad. Los ritos de paso forman la
espina dorsal de las religiones. Por ejemplo en el catolicismo están bautismo,
comunión, confirmación, matrimonio, y unción a los enfermos.
Aparecen
las diferentes esferas de la cultura: religión, política, derecho, economía,
arte-técnica, y ciencia. La religión aparece a partir de los ritos de paso, la
política a partir de los ritos de fundación de la ciudad o de coronación del
rey, el derecho a partir de los ritos de resolución de conflictos, la economía
a partir de los ritos de intercambio (en un principio de mujeres), el
arte-técnica a partir de los ritos civilizadores o con la aparición de las
profesiones, etc.
La
autonomización del elemento verbal de los ritos se da en el momento en que
crece la población y hay que transmitir lo que hay que hacer, y comienza a
darse una división del trabajo. No se da antes porque no hace falta. La forma
inicial del lenguaje es el canto porque se aprende mejor algo cuando se canta que
cuando se dice. Luego desaparece el canto y aparece el habla que conserva una
cierta musicalidad. La función enunciativa del lenguaje se comienza a utilizar
para transmitir información. El habla surge al cantar como se hace una cosa
pero sin hacerla en ese momento. Cuando se repite el rito para uno mismo, eso
es rezar, o sea, una plegaria.
La
constitución de la religión como religión interior se da en sitios distintos al
mismo tiempo en el siglo VI a.C.: Zaratustra en Persia, Buda en la India,
Confucio en China, Pitágoras en Grecia, los profetas para los hebreos.
La
emergencia de la política está vinculada a la emergencia del derecho. Hay ritos
para recordar la fundación de la ciudad, etc., y si esto se pone por escrito es
una especie de constitución originaria. Se juntan diferentes tribus y aparece
la ciudad. El derecho aparece con los ritos de resolución de conflictos. Estos
ritos van evolucionando. Primero es el vis,
que es la disputa, la pelea, gana el más fuerte; después es el fas, el derecho divino, ambos se
enfrentan a peligros y el que gana el elegido por dios; luego es el ius, la legitimación de titularidad o
propiedad mediante el poder de los hombres, el Estado te da el derecho; y por
último el lex, aquí comienza a tener
importancia la intención y no solo la acción. El derecho es el reconocimiento y
legitimación de la verdad de la vida, el reconocimiento de llevar la razón.
La
economía es la obtención y la provisión de los recursos necesarios para la
vida. Dentro de esos recursos necesarios está el bien raíz. En el paleolítico,
el bien raíz es la mujer, en el neolítico es la tierra, y en el post-neolítico
es el dinero. La economía nace de los ritos de obtención e intercambio del bien
máximo, de la mujer. La primera norma jurídica que aparece es la prohibición
del incesto, esto lleva al establecimiento de los roles de la familia. Aparece
en todas las culturas y desaparece con la revolución sexual de los años
sesenta. Esto lleva al intercambio de mujeres entre tribus.
Hasta
el siglo XX el matrimonio es un negocio entre familias, pero a partir de 1960
desaparece la distinción entre relaciones legítimas e ilegítimas y se da una
reprivatización del sexo. Esta abolición de la prohibición del incesto puede
deberse a la duplicación de las expectativas de vida de los seres humanos, al
aumento de la población, y a la menor mortalidad.
Se
empieza a dar el intercambio de un tipo de elemento por otro tipo de elemento
(dinero de un solo objetivo o dinero referente a un solo bien, por ejemplo los
vales en la actualidad). La acuñación de la moneda se da cuando aparecen el ius y el lex. La moneda tiene solo valor de cambio y no valor de uso. Es la
unidad abstracta de medida del valor. En el siglo XX aparece el dinero como
bien raíz.
El
carnaval es la institucionalización total de la risa o de la burla. En el
carnaval se alteran todos los papeles sociales. Es la toma de conciencia de que
todo orden es contingente, te ríes de todo porque ves la contingencia de todo.
Reírse de todo es una expresión de la libertad del ser humano.
La
aparición de la tragedia significa la autonomización de la ética y de la
estética respecto a la religión. La ética se autonomiza cuando varias
religiones chocan y el individuo tiene que elegir (generalmente entre los
dioses de la tribu y los dioses de la polis), aquí es donde aparece el “yo”. La
tragedia es una representación no religiosa de acontecimientos religiosos. Al
aparecer el hombre realizando unas actividades, el hombre se ve como distinto
de esas actividades.
La
tragedia es la vanguardia del derecho porque se enfrentan los intereses del
hombre con los de otro hombre, la épica es la vanguardia de la tecnología
porque el hombre se enfrenta a la naturaleza y la somete.
La
autonomización de la estética se da cuando aparece una actitud desinteresada de
contemplación de la belleza como tal. El punto de vista desinteresado nace a
partir del momento en que la autosuficiencia del grupo está abastecida,
entonces se puede dar el lujo de la estética. El primer ámbito en que se
descubre la belleza es en el cuerpo femenino, cuando deja de ser el bien raíz y
se cambia de una economía de autosuficiencia a una economía de producción. La
mujer deja de ser un bien raíz y pasa a ser un lujo, aquí se da por primera vez
la separación entre sexo y reproducción. Podemos observar que se consideraba
como un lujo por ejemplo en los palacios de los reyes que estaban llenos de
mujeres.
¿Cómo
nace el logos y la ciencia? Esíodo recoge mitos anteriores al neolítico en los
que el logos surge con la unión sexual. Luego hay otros mitos relacionados con
la aparición de la alfarería en el neolítico. La aparición de la alfarería está
conectada con el pensamiento de los presocráticos, el arjé sería algo parecido al barro.
La
retórica es la musicalidad del lenguaje. La autonomización de la retórica es la
autonomización de la persuasión. La palabra persuasión viene de una diosa
griega, “la que atrae enamorando”. Persuadir es conseguir que alguien sienta lo
mismo que yo, conseguir que alguien crea lo que yo creo. La retórica mueve sentimientos.
La
filosofía es el amor a una sabiduría que se constituye como ciencia que busca
lo evidente, pero separada de la belleza y de la ética. La filosofía se
construye sobre la lógica.
TEMA
3. ELABORACIÓN OCCIDENTAL DEL CONCEPTO DE RAZÓN. EL PARADIGMA ONTO-TEO-LÓGICO.
En
este tema vamos a tratar la elaboración del concepto de razón en occidente.
Este tema no es aplicable al resto del mundo porque el concepto occidental de
razón aparece en Grecia, y sólo la cultura occidental es “heredera” de la
cultura griega. El concepto de razón que aparece es el concepto de razón
científica, ahora veremos por qué.
Cuando
partimos de la creencia de que en el principio era el caos, vemos la cultura
como más radical que la razón, como más original. El mundo no estaba hecho para
satisfacer las necesidades de los humanos y por tanto ellos observaban un caos
en la naturaleza. El ser humano va formalizando ese caos. El conjunto de
procedimientos por los que se formaliza son llamados cultura. La cultura busca
el logos que las cosas tienen con respecto al punto de vista humano, pero la
razón busca el logos que las cosas tienen de suyo, independientemente de su
utilidad y desde el punto de vista de las cosas en sí, esta es la actitud
teórica. En la correspondencia que tienen las formalizaciones que se hacen con
el logos que las cosas tienen de suyo entra en juego la razón científica y
filosófica. Hasta el siglo XX esto se ve como la emergencia de la filosofía y
de la ciencia sin más, pero a partir de entonces se ve de otra forma. Esta
razón emerge por el predominio de la actitud teórica. La consolidación de la
actitud teórica se debe a una consolidación de una especie de axiomática, que
lleva a cabo Aristóteles, que consta de tres proposiciones:
-el
primer sentido del ser es el de sustancia y acto (ser real, ser como lo creía
Pitágoras).
-el
segundo sentido del ser es el de verdadero y falso (ser intencional, como lo
creía Parménides).
-el
tercer sentido del ser es el de potencia y acto (como lo creía Heráclito).
A
esto es a lo que Heidegger llamará el paradigma onto-teo-lógico. Este paradigma
onto-teo-lógico se ve representado en la figura de Narciso, con ella en el
mundo romano aparece representada la escisión entre el ser real y el ser
intencional. Hasta el siglo XX se viene marginando el tercer sentido del ser,
pero a partir de este momento se toma como el primer sentido del ser. Quizá la
razón se construye sobre este paradigma porque en el proceso cultural que va de
Pitágoras a Platón se ha generado un plano de representación abstracta:
aparecen las democracias, se acuña la moneda, aparece la ley escrita, aparecen
las tragedias, etc.
Todo esto resaltaba que lo inmutable era más verdadero que
lo cambiante.
El
logos no es razón, la razón es la capacidad de captar el logos. El logos son
las leyes mediante las cuales están relacionadas todas las cosas. Para
Heráclito el logos es capacidad de transformación, a partir del siglo XX se
verá así. Los primeros filósofos buscan ese logos, esa unidad entre todas las
cosas, aquí es donde aparece la ciencia, que es una conmensuración de las cosas
respecto a unas medidas.
TEMA
4. ELABORACIÓN OCCIDENTAL DEL CONCEPTO DE PERSONA.
La
cultura occidental ha elaborado un concepto de persona como sujeto de los
derechos humanos, y esa concepción de todas las capacidades que tienen y todos
los derechos que merecen están en la Declaración de los Derechos Humanos de
1968. Esta declaración está firmada por todos los países.
El
concepto de persona que conocen los europeos se constituye sobre una triple
base: el concepto griego de ciencia; el concepto romano de derecho; y el
concepto cristiano de libertad.
El
primer momento es el choque entre individuos de distintos grados de
autoconciencia. Esto se da con las conquistas y colonizaciones. La
autoconciencia puede surgir mediante los conflictos de personalidad o porque la
cantidad de información aumente y requiera la acción de los dos hemisferios del
cerebro. A través de la autoconciencia se elabora el concepto de “sí mismo”,
que Aristóteles estructura de esta forma: El sí mismo se divide en pensamiento
(lo que pienso), afectividad (lo que siento), voluntad (lo que quiero, lo que
elijo), y papel social (lo que dicen de mí). Dentro del pensamiento hay dos
capacidades que son el intelecto y la conciencia (aunque la palabra conciencia
no se utiliza en Grecia). El intelecto es la capacidad de captar el logos y la
conciencia es la capacidad de darse cuenta de lo que ocurre en la mente.
Aristóteles
hace una diferencia entre hábitos del pensamiento y hábitos de la voluntad. Los
hábitos del pensamiento son: el Nous, la ciencia, la sabiduría, el arte, y la
prudencia. Los hábitos de la voluntad son la prudencia, la justicia, la
fortaleza, y la templanza. Esta sistemática la recoge el cristianismo. Los
hábitos configuran el sí mismo. Más que el intelecto, lo que realmente
determina el sí mismo es la voluntad, la libertad. Lo más íntimo del hombre es
la libertad, y el cuerpo natural. El hombre es radicalmente libertad, pero
también radicalmente cuerpo.
“Persona”
viene del griego “prósopon” (máscara). Se usa en Grecia y en Roma en otros dos
ámbitos. En el derecho como papel judicial que se desempeña, y en el ámbito de
la gramática. Las lenguas están constituidas para que las hablen al menos tres
hablantes. Adoptan el término persona para designar a cada uno de estos tres
hablantes.
En
el siglo II, los griegos y romanos que asumen el cristianismo tienen que
explicar qué y quién es Jesús. El primer dogma elaborado es el de la maternidad
de María, Jesús es hombre porque es nacido de mujer. Para afirmar que Jesús es
Dios hay que afirmar que su sí mismo es Dios. Lo que entra en las entrañas de
María es el logos. Jesús es una persona divina pero con naturaleza humana. Después
aparece el dogma trinitario, Dios es sólo uno pero tiene tres hablantes, tres
personas. El sí mismo es infinito e innombrable, la persona es finita y
nombrable. Aquí aparece el término persona como profundidad infinita del sí
mismo, así conocemos nosotros el concepto de persona, como la profundidad
infinita de la razón y de la libertad en un individuo.
TEMA
5. EL SUJETO MODERNO. MODELO MONOLÓGICO Y MODELO DIALÓGICO.
La
modernidad concibe al hombre como sujeto. También hay otra palabra nueva, que
no existe en latín, sino que viene de las lenguas vernáculas. Esta palabra es
“yo”. Aparece un uso frecuente de los pronombres personales. Se empieza a
afirmar mucho al individualidad: se separan los trabajos, aparecen las
habitaciones individuales, se empieza a llevar dinero encima (en cantidades
pequeñas), se empiezan a firmar las obras de arte, etc. El símbolo de esa
individualidad social es el pronombre personal “yo”. Llega a construirse así el
origen de la filosofía moderna: el yo, y por este yo se entiende el yo
autoconsciente.
Para
los modernos el “yo” es el pensamiento. El “yo” es el existente que es
consciente de sí mismo, y quiere tener el control total de su existencia. Todos
los hombres son iguales porque todos son un “yo”. Según Kant, la persona que es
soberana de sí mismo tiene un valor infinito, porque el mayor valor es el sí
mismo, ya que nadie querría tenerlo todo a costa de ser otro. A ese valor
infinito se le da el nombre de “dignidad”.
Se
dan la explosión del sistema social, la explosión demográfica, y aparece la
revolución como reflejo de la soberanía del “yo” y de la igualdad de todos los
hombres… a partir de ahí aparecen los pactos sociales y las constituciones.
Todos tienen derecho a todo.
Kant,
Locke y Descartes, utilizan indistintamente “yo”, “sujeto”, y “persona”. Esta
es la concepción del sujeto moderno como
persona, dignidad infinita, sujeto libre con voluntad y conciencia para decidir
sobre sí mismo. Esta es la concepción monológica (sujeto-objeto).
Pero
llega un momento en que esta concepción del hombre como soberano quiebra, a
principios del siglo XX. Por muy soberano que sea el hombre, la vida humana
depende de factores que no están controlados por el conocimiento. Los primeros
en formular esto fueron Freud, Marx y Nietzsche. Ni el ser humano es sujeto, ni
la realidad es objetiva. El hombre empieza a denominarse existencia, y
existencia es tiempo, cómo organizamos nuestra vida. El hombre como en relación
con los demás. La concepción del hombre como dialógica (sujeto-sujeto) la da Hobbes.
Aparece así el sujeto posmoderno, que no es libre del todo y lo sabe. El sujeto
posmoderno no es soberano.
Hobbes
define al hombre desde el punto de vista del derecho y de las relaciones
políticas. Persona es el que es dueño de sus palabras y de sus acciones en una
representación. Hay dos tipos de personas y dos tipos de representación. Una es
representarse a sí mismo y otra es representar a otro. Si uno se representa a
sí mismo se llama “persona natural”, y si representa a otro se llama “persona artificial”.
La persona artificial existe porque vivimos en un Estado civil. Todos
desempeñamos funciones que el Estado delega en nosotros.
En la medida que somos
personas artificiales somos actores.
El
Pacto Social es el acuerdo entre todos. El hombre tiende a economizar
violencia, y a acabar con la guerra de todos contra todos. Depositamos nuestro
poder en “uno solo” y dejamos que él administre el poder. Ese poder que todos
tenemos es el poder de matar al otro. Ese “uno solo” es el Estado. El Estado es
una persona artificial. El reconocimiento de poder es lo que genera la
sociedad. El poder que otorga el Estado es lo que crea una jerarquía social.
Hay un círculo virtuoso de confianza, dependencia y certeza: individuo y
Estado; Estado e individuo; individuo e individuo. Hay tres factores que hacen
que se dé esto: el deseo de tranquilidad y deleite sensual; el deseo de
conocimientos y artes pacíficas; el miedo a la muerte y a las lesiones. El
Pacto Social es reconocer a todos como políticamente iguales. A partir de él
nace la conciencia consensual (yo soy nosotros). La conciencia es dialógica, y
el pensamiento también. La conciencia es comunicación. La existencia de cada
uno depende del reconocimiento de los demás. Ser persona es ser persona
artificial desde todos los puntos de vista. El criterio de verdad es la
intersubjetividad. Todos somos personas artificiales.
El
ser humano es ficción, la realidad es ficción, el ser humano es artificial, el
sistema civil es artificial.
TEMA 6.- DESCOMPOSICIÓN
DE LAS REPRESENTACIONES DEL SÍ MISMO.
En este tema estudiaremos cómo surgen las críticas a
las representaciones del sí mismo. Nos concentraremos en la crítica estética,
la crítica de las representaciones teatrales y las críticas satíricas.
Cuando se diversifican
los ámbitos de la cultura como ya hemos visto, las diferentes esferas de la
cultura son esferas de poder, pero ese poder suele estar concentrado en el
poder político. El poder va consistiendo más en la representación. La
conciencia humana tiende hacia representaciones. El hombre tiende a reconocerse
en su conciencia, en las representaciones del sí mismo. Pero hay dos
representaciones que no quedan controladas por el poder político porque son expresiones
de las inteligencias individuales: el arte, estética; y la ciencia. Son las
descripciones de la realidad desde un punto de vista desinteresado, no desde el
punto de vista del poder. Si esta descripción de la realidad no concuerda con
la que tiene el poder, puede ser peligrosa para el poder.
Los filósofos comienzan
a hacer una representación distinta de la que hace el orden establecido, en el
teatro ocurre lo mismo. Por eso hay una tendencia por parte del poder político
a controlar todos los escenarios de las representaciones científicas y
artísticas. El poder siente la necesidad de controlar esto porque la crítica
más demoledora que se puede hacer sobre cualquier ordenación sociocultural es
la burla, la sátira, la broma, la ridiculización. Ser ridículo es ser digno de
risa, y esto es peor que ser falso o injusto, porque para decir que algo es
falso o injusto hay que considerarlo como algo serio, pero ridiculizar algo es
no tomárselo en serio. Y no tomar algo en serio, es despreciar ese algo. Por
esta razón, en Roma aparece una censura de las obras teatrales, y los actores y
actrices están muy mal vistos, no pudiendo ni siquiera tener cargos públicos.
La risa como crítica es
demoledora, es el acto de terrorismo epistemológico por excelencia. Desde los
inicios del cristianismo, y anteriormente con Aristóteles, se tiende a
controlar la risa, a prohibirla. La orden de san Benito establece el modo en
que debe producirse la risa y el modo en que no debe producirse nunca. Una de
las razones para esto es que la risa es algo que se considera como una falta de
respeto a la realidad, al creador. El actor está mal visto porque imita la
realidad que ha creado Dios, faltándole así al respeto. Imitar a Dios es
asemejarse a Satanás, porque éste es caracterizado frecuentemente como el
imitador de Dios. Pero en el Renacimiento, esto sufre un cambio, sobre todo a
partir de Leonardo Da Vinci. El artista comienza a ser considerado como un
creador. Se asemeja a Dios como los santos y los mártires.
Nos reímos porque no
creemos que nuestras representaciones de lo real sean absolutas, tenemos la
certeza de que todo saber es contingente, de que todo saber es un constructo
humano. Como la representación de la realidad no es absoluta, pero el poder
toma la suya como absoluta, el poder es lo más ridiculizable.
La risa pertenece al orden
de la inteligencia somática, la risa es una reacción orgánica, y por eso
provoca tanto placer espiritual como placer físico. En la risa intervienen: una
captación de la realidad, una expectativa de que todo siga normal; una amenaza
que pertenece a lo real, un acontecimiento peligroso. La risa aparece cuando
una amenaza real se ve desde una perspectiva diferente en la que se percibe
como una amenaza no real. Se produce la captación simultánea de la amenaza como
real e irreal. Se produce el tránsito de una situación de amenaza a una
situación de seguridad.
Las formas de
absolutización de la burla se dan a partir del siglo XX, con el humor de lo
absurdo (quizá el primer ejemplo de este tipo de humor sea el de los hermanos
Marx). Esto se da cuando el pensamiento occidental es capaz de hacer una
enmienda a toda la reflexión filosófica anterior, el caso más claro de esto es
el de Nietzsche. Con la filosofía de Nietzsche, aparece por primera vez la risa
como filosofía o como forma de pensamiento. Él propone una transmutación de
todos los valores porque hay que dejar de pensar que el orden es absoluto.
Cuando la burla no es
de lo particular, sino de la totalidad, ¿qué se puede hacer para que la risa no
se convierta en desesperación? Pues el humor del absurdo puede no ser
desesperado. El triunfo de la hermenéutica en el siglo XX es el triunfo sobre
el nihilismo. Que no haya verdades absolutas no quiere decir que no haya
verdades relativas. Este es el planteamiento del perspectivismo, del
existencialismo y de la hermenéutica.
En el siglo XX cabe un
humor del absurdo porque se comprende la precariedad de las representaciones de
lo real que ha tenido el pensamiento occidental. Pero la realidad no es la
nada, es el misterio. Uno puede reírse sin que esa risa sea desesperación
apoyándose en la verdad de lo humano, porque la verdad de lo humano es la
finitud, porque la verdad de lo humano es esa precariedad. Y siempre que la
risa no es desesperación, la risa es seguridad. Cuando la risa forma parte de
lo cómico relativo, la risa es malévola, es una autoafirmación mediante la
burla de los demás (superioridad del hombre sobre el hombre), pero cuando la
risa forma parte de lo cómico absoluto, es purificante porque nos reímos de nosotros
mismos, y así nos elevamos por encima de nuestro orgullo (superioridad del
hombre sobre la naturaleza).
TEMA 7.- MULTIPLICACIÓN
DE LOS ESCENARIOS. EL NUEVO PALEOLÍTICO.
Lo que vamos a tratar
en este tema es el análisis de la infraestructura de la existencia como la
infraestructura del pensamiento.
Vamos a ver cómo se
descompone o se altera un ordenamiento sociocultural por causas físicas. Los
grandes cambios naturales provocan grandes cambios culturales. Esto ocurre
varias veces en el Paleolítico. Cuando los hombres empiezan a vivir de otra
manera, empiezan a pensar de otra manera.
La crítica a todo lo
anterior que se da en el siglo XX, tiene que ver con que se dan condiciones de
vida distintas de las que se han dado en el resto del Neolítico. Se propone la
tesis de que el Neolítico termina en el siglo XX. Aparecen algunas condiciones
parecidas a las del Paleolítico, por eso se titula el Nuevo Paleolítico. En el
Paleolítico, se daban grupos de personas de entre cincuenta y doscientos integrantes,
que no tienen mucha relación con el resto, y además son nómadas. En el
Neolítico aparecen las ciudades, y tienen una economía de producción, nace aquí
la escritura como medio de controlar la producción. Se pasa de la caza a la
agricultura. El grano puede almacenarse durante mucho tiempo, y por eso los
primeros núcleos urbanos y las primeras escrituras nacen en las zonas que hay
grano, incluso ahí es donde nacen los primeros Estados. Con el Neolítico nacen
la esclavitud, la guerra, las clases sociales y la propiedad.
Se produce un aumento
fuerte de la densidad de población, el Neolítico es la primera gran explosión
demográfica, que determina una división del trabajo. Esto produce una división
en clases sociales. Aquí aparece la propiedad inmobiliaria. El bien raíz es la
tierra. Hay una clase social destinada a la defensa, a la guerra. A partir del
momento en que hay guerra, surge la esclavitud: se destinan a los perdedores a
trabajos como la agricultura o la ganadería, así se obtiene beneficio económico.
Empieza a haber tiempo libre en la clase social de los propietarios, y en éstas
condiciones nacen la ciencia y la filosofía.
Estas condiciones del
Neolítico han desaparecido o se han disuelto en cierto modo. Las ciudades
aparecen en torno al 2000 a.C. y desaparecen en el 2000 d.C. La economía de
producción también, porque deja de ser la tierra el bien raíz y pasa a serlo el
dinero. La escritura empieza a utilizarse en el 2000 a.C. y es superada por
otras formas de comunicación en el 2000 d.C.
Cuando el bien raíz era
la tierra, la identidad del ser humano estaba vinculada a la casa familiar, las
construcciones que hace el hombre son para vivir ahí siempre. Cuando el bien
raíz es el dinero, la propiedad financiera no es real, no es fija, es muy
volátil, muy abstracta, y no es identificable en términos físicos. La categoría
que sirve para entender la realidad es la de relación, la de movimiento.
Empieza a darse una movilidad geográfica y laboral. La economía que nace es la
de consumo y bienestar. El capital más importante son los seres humanos. La
riqueza depende de la gente y de lo que produce esa gente, que producen cosas
que los demás quieren. El dinero es orden de trabajo. En el siglo XX la riqueza
es creatividad, la creatividad de las personas. Todo el mundo hace cosas para
los demás.
Al desaparecer la
propiedad inmobiliaria como bien raíz, lo que ocurre es que desaparece la
esclavitud. La abolición de la esclavitud tiene que ver con el crecimiento de
la economía y de la individualidad. Se produce la universalización del salario
porque un salario es más barato que un esclavo, ya que en una sociedad
industrial, la tierra cuesta mucho dinero y ya no es rentable tener esclavos.
La movilidad geográfica y social del asalariado es más grande. Cada individuo
está vinculado a su salario, tiene autonomía.
El siglo XX supone una
superación de la ciudad. Una ciudad es la forma y el símbolo de una relación
social integrada con centro y límites. Lo que hace cada miembro de una sociedad
depende de lo que hacen otros miembros de la ciudad. En el siglo XX,
desaparecen el centro y los límites de la ciudad (no hay un centro porque hay
muchos sitios buenos para vivir, y no hay límites porque unas ciudades están
contiguas con otras), y también desaparece la relación social integrada. Por
tanto, la ciudad se ha disuelto.
El hombre vuelve a
tener características nómadas, no está fijo en un sitio. La ciudad del siglo XX
es indiscernible de un país. La organización en red sustituye a la organización
piramidal.
La escritura alfabética
determina un tipo de existencia, y un tipo de razón. El lenguaje, puesto que
expresa y organiza las cosas de forma lineal, provoca que la categoría de
causalidad eficiente sea la principal, la vida está organizada en sentido de
sustancia y acto. Todo esto cambia en el siglo XX. La transmisión de
información de forma oral a través de los “mass media” se convierte en más
importante que la escritura.
Si el ser humano deja
de identificarse con la propiedad inmobiliaria, con la sustancia; lo
característico empieza a ser su movilidad social y laboral. El hombre empieza a
definirse como lo que es en el presente y lo que puede llegar a ser en el
futuro, y no como era en el pasado. El hombre deja de ser considerado como
sustancia, para pasar a ser considerado como tiempo. La filosofía comienza a
concebir al hombre más como existencia o tiempo, que como sujeto o persona. Se
concibe como tiempo porque lo más propio de la subjetividad es la dispersión.
La movilidad social y laboral, la interacción con los demás, etc., provocan
esto. Los roles sociales se multiplican.
El hombre se entiende
mejor como autor, actor y personaje. La identidad viene determinada por la
conciencia moral y por la conciencia estética.
TEMA 8.-
REPRESENTACIONES TEMPORALES Y ESPACIALES DEL SÍ MISMO. EL RELATO Y EL MAPA.
Trataremos cómo
funciona el pensamiento a la gente que vive en el Nuevo Paleolítico. El
pensamiento pasa de funcionar en clave temporal a funcionar en clave espacial.
Lo característico del pensamiento del siglo XX ha sido una representación
espacial de la totalidad de lo real y del sí mismo, así como de la razón.
Hegel caracteriza la
historia del espíritu de forma geográfica: África es lo informe, la
imposibilidad de todo desarrollo; Asia es el país de los contrastes, donde solo
uno es libre, de lo desmesurado; Europa es el país donde se da el tránsito de
lo particular a lo universal, todos son libres.
Se puede codificar la
subjetividad en clave espacial. Es un intento de dejar que salga lo que está
más allá de la conciencia, que no está articulado temporalmente: impulsos, etc.
Hay una interioridad del hombre que es exterior a la conciencia. El sí mismo de
uno mismo está compuesto por lo que se sabe de sí mismo (dentro de la
conciencia) y por cosas que no se saben de sí mismo (el fundamento de su ser,
su libertad, su conexión con el universo, con el resto del ser).
La concepción temporal
del sujeto lleva al olvido del ser porque el ser no es tiempo, el ser es
inconmensurable.
La concepción espacial
del sujeto supone una apertura al ser. El pensamiento va a fuera, y lo que está
fuera del pensamiento es lo que no se puede pensar. El espacio es lo que queda
más allá de la reflexión, y por eso marca la diferencia entre pensar y ser. Lo
que no se puede pensar es lo pavoroso (Caos malo), lo sublime (Dios), y lo
cómico (Caos benévolo). Lo pavoroso y lo cómico son cosas inteligibles, y lo
sublime tampoco es inteligible, es Dios, es la omnipotencia, lo tremendo, lo
fascinante. El sí mismo no es totalmente abarcable, tiene una parte no
conciente, no conceptualizable, no inteligible.
El pensamiento de la
exterioridad funciona con el símbolo y con la analogía. El símbolo es la
representación de algo real, y guarda una relación con ese algo real. Las
relaciones entre símbolos es la analogía. Así es como se constituye la ciencia
posmoderna. Se explica el mundo por las afinidades entre las cosas, por las
antipatías o simpatías en la relación de unas cosas con otras, por las
emulaciones, por las conveniencias, por las analogías. Esto no es científico,
opera según la metáfora. Se establecen relaciones cualitativas entre las cosas,
basándose en la experiencia de la conveniencia. Para esto hay que salir fuera,
porque este no es un conocimiento a priori. Se trata de unificar lo
cualitativo, lo cualitativamente distinto. Hay dos niveles de inteligencia: el
nivel con el que se hace ciencia, el entendimiento; y el nivel con el que se
conocen los principios de las ciencias y se sabe que las percepciones son de
uno mismo, la razón. La actividad propia del entendimiento es el juicio
determinante, mientras que la actividad propia de la razón es el juicio
reflexionante. La inteligencia aquí es el pensamiento creativo, el juicio reflexionante.
El pensamiento de la
interioridad opera según el signo y el cálculo. La libertad es el fundamento
del lenguaje y del pensamiento de la exterioridad. El signo representa algo
real, pero no tiene ninguna relación con aquello que representa. Las palabras
son signos de las cualidades de las cosas. Lo números son signos de las
cantidades de las cosas. El pensamiento de la interioridad tiende a
esquematizar, unifica todo lo exterior disperso en un todo interior, un mundo.
Se vive en la representación de la exterioridad que se ha elaborado con la
imaginación y la razón. Entre el signo y lo significado hay más distancia que
entre el símbolo y lo simbolizado. Entre el símbolo y lo simbolizado hay una
relación de similitud y de contigüidad, pero ente el signo y el significado no.
Mientras más cercano se
mantiene el pensamiento a la exterioridad y al símbolo, más próximo está el
espíritu a la naturaleza en cuanto a lo no abarcable por la conciencia.
En cuanto al tiempo
interno, la matemática y la dialéctica formalizan sus contenidos según él. La
geometría define el modo en que un espíritu crea sus propios escenarios. Los
escenarios creados por la dialéctica y la geometría son casi portátiles porque
el espíritu los lleva siempre consigo. El espacio y el tiempo no son
dimensiones reales.
El planteamiento
aristotélico y kantiano nos presenta un yo trascendental, que es una unidad
intelectual, es un sujeto pensante. Pero en este planteamiento se ha olvidado
la sustancialidad viva del sujeto. La subjetividad es como un punto de partida,
y cada vez se va alejando más de “lo otro”.
Pero la relación entre
las diversas cosas y eventos ha de hacerse según el modo analógico y simbólico.
La función del sujeto trascendental puede ser desempeñada por un sí mismo que
es poder, energía y vida, pero no es un sujeto trascendental.
Las ciencias sociales y
espirituales dan lugar a las ciencias cartográficas. Según este enfoque, operan
con la similitud, la conjetura, la metáfora. Va dando saltos para pasar de un
género a otro, porque con el cálculo no se puede. Hay que buscar el sentido de
la realidad y marcárselo, crear un ordenamiento sociocultural. El signo es
extrínseco a la cosa, por tanto es figurado. Todo el lenguaje es figurado. No
podemos conocer lo que las cosas son en sí, sino cómo se nos presentan. El
juicio reflexionante permite descubrir nuevos géneros, el juicio determinante
permite una construcción segura.
Heidegger nos llevo de
vuelta a la simbolización, al pensar poético, a la metáfora, a la pregunta por
el ser, lo inconmensurable, lo desmesurado, lo incapaz de desarrollo. Nos lleva
al pensamiento antes de la separación entre lógica, poética y retórica, donde
el pensamiento no opera sistematizando una historia universal.
TEMA 9.- MODELOS DE
REALIDAD Y MODELOS DE SÍ MISMO.
En este tema trataremos
cuál es el modelo de realidad que se tenía desde el siglo VI a.C. hasta el
siglo XX, y cuál es el modelo de realidad que se construye a partir de ahí.
La lógica es un modelo
de razón, la geometría es un modelo de espacio, la física es un modelo de
universo, y la metafísica es un modelo de realidad.
Grecia pone en marcha
un modelo de razón como lógica aristotélica, como lógica bivalente. El modelo
greco-ilustrado de realidad está montado según la infraestructura de existencia
neolítica. El pensamiento se elabora mediante dos categorías: sustancia y causa
eficiente. Se construye empezando por unificar la totalidad de lo real dentro
de una única categoría. Se explica la realidad a partir del arjé. Toma como
sentido primario del ser el ser según la sustancia y el acto, y como sentido secundario el ser según lo
verdadero y lo falso, dejando de lado el tercer sentido del ser. La totalidad
del universo es lo que es siempre y de lo que se puede decir.
El modelo de realidad
es que Dios es una sustancia y un ente, el mundo es otra sustancia y otro ente,
y el ser humano es un ente donde está depositado el intelecto con el que
comprende al mundo y a Dios.
En el siglo XX, todo
esto se cuestiona. Se dan cuenta de que puede haber diferencias entre la
realidad y lo que decimos de ella, puede que el lenguaje y la ciencia lo que
hagan sea dibujar modelos de realidad cuya correspondencia con la realidad sólo
podamos establecerla hasta cierto punto. Hay muchos motivos para pensar que
estábamos equivocados. En cuanto a la ciencia, los cálculos no concuerdan con
los hechos, hay hechos que no podemos explicar. La geometría de Euclides nos
ofrecía un espacio recto, no daba claves para operar con lo que las cosas son,
porque el espacio no es recto. La nueva geometría y la nueva ciencia nacen con
Gauss. Respecto al derecho y a la moral, el modelo de hombre da lugar a la
proclamación de los derechos humanos, a la dignidad infinita, pero a todo esto
le falta algo porque sólo se refiere a los hombres blancos. A Dios le sobra
todo, porque el fundamento de los derechos humanos no viene de él, viene de la
razón humana. Una ley moral es buena si es universal, y Dios es bueno si cumple
la ley moral. Todo esto sólo es un aspecto muy parcial de la realidad. Lo más
amplio es el ámbito de la vida humana, de la potencia y la acción, donde no
cabe lo verdadero y lo falso, donde no cabe la ciencia. El sentido del ser
comienza a ser el de la potencia y la acción.
El conocimiento humano
no funciona conociendo y expresando la realidad tal como es, sino construyendo
modelos de realidad. El lenguaje puede ser de muchas maneras y por tanto, puede
haber muchos modelos teóricos de realidad en las diferentes culturas. Así se
llega a la conclusión de que lo anterior solo era un modelo teórico. Se revisa
este modelo, y por ello se vuelve al principio.
La totalidad de los
ideales, del bien, y de la verdad, da lugar a un orden establecido, que resulta
demasiado rígido porque es inaceptable para la gente que no lo puede transitar.
No hay un ideal que no tenga un cauce burocrático. La burocracia tiene el
inconveniente de que difícilmente permite la realización de otros ideales o la
concepción de otro tipo de verdad, de bien o de misericordia. Los movimientos
contraculturales de mitad del siglo XX dirigen una crítica al conjunto del
orden establecido, al sistema. el precedente de todo esto es el pensamiento
científico y filosófico del siglo XX que pasa por encima del orden establecido.
La burocratización del pensamiento se da en todos los ámbitos, incluso en el
humanismo.
Si se cree que la
humanidad se ha realizado del todo y la Historia ha acabado, es que todo se ha
pensado mal. Hay que volver al principio y averiguar cómo se construyó el
paradigma onto-teo-lógico y el humanismo, ya que es esto lo que no da más de
sí.
La teoría de que el
hombre es una sustancia no sirve para entender al hombre porque al hombre eso no le importa. Lo que le
importa es que su vida tenga sentido o no lo tenga. La estructura de una vida
humana que tiene exigencia de sentido se expone por primera vez en “Ser y
tiempo” de Heidegger. La existencia es la vida humana vista desde su movilidad,
desde su temporalidad. Tiene una estructura temporal, una duración finita.
A las críticas que
hacen a esta obra, Heidegger responde en la “Carta sobre el humanismo”, en la
que expone una posibilidad de unos humanismos alternativos. Se le critica que
esté atacando al humanismo, a la lógica, a la ética, a la cosmología, se le
critica que acepte la tesis de Nietzsche de que Dios ha muerto, y se le critica
que haga una filosofía nihilista. Él responde que al hablar contra el humanismo
establecido no se tiene que hacer una afirmación de la inhumanidad, porque
proponer una alternativa no significa siempre oponer a lo dado lo que le es
contrario, pues puede oponérsele también lo que es diferente. Él no afirma lo
contrario del humanismo, sino un humanismo diferente. La diferencia es más rica
y más amplia que la contradicción. La irracionalidad nació en el paradigma
onto-teo-lógico porque no se pensó en el origen del pensamiento, en las
posibles direcciones que podía tomar, sino que se estableció que sólo se podía
tomar un camino, el de la contradicción.
Lo primero que se
piensa es el ser, y lo segundo es lo diferente del ser, el ente. Pero no el
no-ser, por ello el primer principio no es la contradicción, es la diferencia.
La contradicción solo es un tipo de diferencia.
Una buena teoría del
saber es una teoría de la diferencia. La filosofía del siglo XXI y de la
segunda mitad del siglo XX es una filosofía de la diferencia.
El modelo alternativo
al onto-teo-lógico es el pensamiento dialógico, que parte de entender el ser
como evento, como acontecimiento.
TEMA 10.- ONTOLOGÍA DEL
SINGULAR Y DIVERSIFICACIÓN DEL FUTURO.
En este tema trataremos
cuáles son las características de la filosofía del siglo XXI, y qé tipo de
filosofía se hace.
Se toma como sentido
primordial del ser, el ser según la potencia y la acción. No toma como punto de
partida lo que es en sí, sino lo que depende de lo que cada uno haga. Esto es
tomar como punto de partida una pluralidad de seres interactivos. Es una
relación dramática de existencias que necesitan un sentido. Las relaciones
dramáticas no son científicas, no se pueden estudiar con ninguna ciencia.
Cuando pretendemos saber sobre eso, lo que pretendemos es comprender,
pretendemos una comprensión.
El hombre se define
(según Heidegger) como el ser que necesita comprender o el ser que necesita ser
comprendido. Este ser reclama un saber nuevo con respecto del saber científico
porque el saber científico es universal y necesario, y la comprensión no. No
necesita que lo comprenda todo el mundo, sino que necesita ser comprendido por
lo que está en su ámbito vital, y comprender lo que está en ese ámbito.
Si se trata de comprender
según la potencia y la acción, se refiere al singular. Y los singulares no son
opuestos, son diferentes.
La filosofía es así,
una filosofía del comprender, y se le llama hermenéutica, porque es interpretar
e interpretar es entender el significado y comprender. Pero esto no se hace desde un yo
trascendental. Comprender tiene que ver con captar el significado, y captar el
significado quiere decir que aquello que significa (signo) remite a otra cosa
que no es él mismo, y que es pertinente en relación con lo que yo estoy
haciendo. Si lo que hacemos es vivir, y lo que hacemos cuando vivimos es durar,
mi vida es tiempo. Un ser que experimenta su vida como duración, tiene una
exigencia de sentido con respecto a su existencia. El hombre no se comprende a
sí mismo porque no comprende su sentido; es un signo, pero no comprende hacia
dónde remite ese signo, hacia dónde apunta. Aristóteles dice que la existencia
humana apunta a la felicidad, el hombre quiere ser feliz. Platón le había
enseñado a Aristóteles que se es feliz si uno es bueno, pero él no estaba muy
convencido de esto. Más bien se es bueno si se es feliz, y no al revés. No
sabemos hacia dónde apunta el hombre porque el sentido de la vida es diferente
en cada persona.
No es necesario llevar
la exigencia de sentido hasta un maximalismo que resulte insoportable. La vida
humana no necesita ser una novela para tener sentido. La vida humana puede
tener sentido como varias escenas inconexas.
La comprensión es tan
diferente en cada singular porque lo que cada uno hace depende de su
constitución en tanto que síntesis pasiva (organismo y determinaciones
psicosomáticas) y de su contexto o determinaciones culturales. Lo que comprende
cada uno depende de estas cosas.
La comprensión es la
captación o el conocimiento de lo relevante para los propios proyectos. El
punto de partida de este conocimiento es la afectividad. La afectividad es el
primer modo de la autoconsciencia. Afectividad es el modo en que uno se siente
afectado por las cosas. Pero esta afectividad depende de la síntesis pasiva.
Ese ser afectado da lugar a estados de ánimo, que son la forma primera de
conocimiento. Estos estados de ánimo son maneras de estar en el mundo, maneras
de saber de sí mismo. A uno le afectan las cosas según uno es, pero también uno
se hace según le afectan las cosas. Esto es el llamado círculo hermenéutico.
Según como nos afectan las cosas proyectamos, y al proyectar se abren
posibilidades.
El mundo cultural está
hecho según uno lo nombra, porque hablar es crear mundos. Las palabras crean
mundos, crean ambientes, o bien los cierran. La esencia se multiplica en muchas
dimensiones que antes no estaban.
La ontología de la
comprensión tiene que ver con que a cada uno se le deje hablar de sí mismo e
interpretarse a sí mismo. Por ello, la ontología de la comprensión tiene que
ver con el diálogo. Hay una pluralidad de mundos y de ambientes, por tanto hay
una pluralidad de futuros. Cada uno tiene su futuro. Por esto se puede decir
que la Historia ha acabado, porque cada historia es diferente de la otra ya.
Ahora no hay ningún objetivo universal porque ya se lograron los objetivos
universales en la Declaración de los Derechos Humanos.
El papel de la
filosofía es seguir comprendiendo su tiempo, y seguir elevando su tiempo a
concepto.
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