MI NUEVA NOVELA

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Una aventura de fantasía urbana ubicada en la España actual. ¡No te la pierdas!

lunes, 28 de octubre de 2013

Resumen de Antropología Filosófica de Jacinto Choza

José Antonio Herrera Márquez
CAPÍTULO PRIMERO
Génesis del mundo y del sí mismo en la mimesis ritual

     El estudio de la génesis de la autoconciencia, del lenguaje y de las formas culturales en los primeros sapiens se aborda en cuatro fuentes. Las formas de la autoconciencia animal, los casos anormales de deprivación cultural absoluta (niños salvajes), la génesis de la autoconciencia y el lenguaje en la infancia, y los relatos de la vida de los pueblos antiguos y la de los pueblos sin alfabeto contemporáneos.  Lo que se averigua se proyecta veinte, cuarenta u ochenta mil años atrás y así se proponen hipótesis y se formulan conjeturas.
     
Hace 70000 años aproximadamente aparecen los primeros sapiens. El instinto en ellos se va difuminando, y el comportamiento empieza a regirse por el aprendizaje. Su aprendizaje se basa en el procedimiento de ensayo y error. Hay tres factores en el aprendizaje. A mayor superficie cerebral, más tiempo de gestación, y mayor tiempo de aprendizaje. Hasta los cuatro años, la corteza cerebral adaptativa puede aprender nuevos circuitos. Repetir muchas veces algo es un estereotipo de conducta, una institucionalización de un comportamiento, un ritual. Uno de los comportamientos más antiguos es aprender a utilizar y manejar el fuego.
   
  La danza espiritual del fuego. El primer comportamiento ritual de los sapiens es la danza. En la naturaleza el fuego se da en los volcanes o por que cae un rayo en un árbol. El hombre le grita al fuego que hay en el árbol para intentar asustarlo, se acerca a él y se aleja por el calor. Se vuelve a acercar y se vuelve a alejar. Lo intenta coger y se quema. El hombre coge una rama ardiendo por la parte que no quema y ve que puede transportar y mover el fuego, puede utilizarlo.

     Las expresiones cromáticas son sinónimas de las fónicas, y ambas lo son de las kinéticas, como si el caminar y el danzar fuese un grafismo y los grafismos danzas, como si en sus orígenes más remotos la danza, el canto y la pintura no estuvieran diferenciados entre sí. Uno de los episodios más decisivos en la asimilación de la nueva cultura es el hallazgo de la risa. La risa surge como la resolución de una expectativa angustiosa en nada. La risa implica confianza en sí mismo y en la propia situación frente a peligros presagiados, y por eso es también una modalidad de la autoconciencia, del saber y del poder como lo son el pudor y el aderezo del propio cuerpo.

     Los ritos de pintarse la cara unos a otros o cada uno a sí mismo, hacerse marcas en ella con colores, heridas, perforaciones, etc., son los actos de signarse, tomar posesión, saber lo que es de uno, conocer y reconocer lo propio.

     Uno toma posesión de sí mismo al experimentarse reflejado en esos espejos que son al menos esas tres dimensiones suyas y al experimentar que puede y sabe controlarlas de algún modo. Esa posesión se toma mediante los ritos de los tatuajes y los nombres, mediante las normas para las relaciones mutuas y mediante el desarrollo de habilidades, todo lo cual hace posible y frecuentemente agradable la supervivencia. Vivir, entonces como ahora, significaba sobrevivir, ganar uno la propia vida para sí mismo, pero ganársela al caos, a la noche, al hambre, al frío, a los poderes destructores, a los enemigos.

     Los nombres designan una sucesión de cinco generaciones transcurridas las cuales empieza nuevamente la primera. También en nuestra sociedad el período de cinco generaciones, o incluso el de tres es el lapso que la memoria abarca, de manera que el anterior y el siguiente son ya “otro mundo”.

     El proceso de la signación ha quedado descrito en tres fases. Estas tres fases de la signación corresponden a tres dimensiones simultáneas, permanentemente paralelas, de un proceso único. Esa tres dimensiones son, primera, la realización de actividades en orden a la supervivencia; segunda, el conocimiento de sí mismo en tanto que protagonista o participante en esas actividades; tercera, el conocimiento del medio en el que se actúa. La reflexión analítica permite comprender el modo en que las actividades mediante las que el hombre sobrevive generan un orden social y una cultura, y el modo en que el hombre se representa a sí mismo en dicho orden.

     El poder sagrado se manifiesta generando fenómenos cósmicos, vegetación, animales de todo tipo y seres humanos. La porción de fuerza originaria que se toma en los rituales para imponer marcas, atribuir poderes y distribuir funciones, y con ello definir quiénes van de hombres y quiénes de mujeres, quién de joven o de anciano, quién de guerrero o de chaman, es el tótem. Ese poder diferenciado es el tótem, a cuya jurisdicción pertenecen los miembros de cada grupo humano, y que consta, de entrada de un nombre y un emblema. El tótem es una concreción del mana para un clan mediante la que se instaura una división matrimonial. El tótem es y se representa en la cosa que da nombre al clan. De este modo cada nacido puede tener el tótem de la madre, el del padre, y uno propio y exclusivo. El tótem tiene una excepcional potencia clasificatoria gracias a su capacidad signante y a su manifestación en lugares, tiempos, palabras y gestos determinados, y gracias a su vinculación a objetos visibles y audibles que se convierten de ese modo en poderosos.

     Si comparamos las marcas visuales y sonoras totémicas con los significantes poderosos que utilizamos en nuestro medio cultural, o sea, en una nación de la Europa contemporánea, comprobamos que las manifestaciones y el reconocimiento del poder se dan de modo análogo tanto en el Estado contractual moderno como en la sociedad totémica. En concreto el conjunto de signaciones del poder y de lo poderoso es lo que construye la identidad personal y lo que permite la identificación del individuo.

     Las equivalencias se pueden señalar en los siguientes medios de construir la identidad y de lograr la identificación: 1. Nombre, apellidos y profesión. Determinación de qué y quién es el individuo; 2. Familia y parentesco. Determinación del contexto interpersonal del poder-identidad; 3. Indumentaria. Identidad e identificación de las diferentes funciones; 4. Herramientas. Identidad e identificación de las diferentes actividades; 5. Modalidades transferibles del poder-identidad; 6. Sistemas de protección del poder-identidad individual. Los tabúes; 7. Lugares propios del poder, del individuo y del grupo; 8. Refuerzos y aminoramientos del poder e identidad individuales; 9. Depósito de los signos del poder e identidad individuales y colectivos; 10. Signos del poder-identidad para la eternidad; 11. Sustancialización emblemática del poder-identidad.

     El entramado de los significantes poderosos, la sintaxis del poder, constituye la organización de la sociedad, tanto en el paleolítico como ahora. En ambos casos la sociedad de organiza según actividades específicas que son diferenciaciones de poder, o sea funciones sociales, profesiones, las cuales, a su vez, se corresponden con diferentes ámbitos de la realidad.

     Universo cultural, lenguaje, y concepción del mundo son tres expresiones que designan, desde diferentes puntos de vista, el mismo fenómeno de ordenamiento social. Designan el conjunto amplio de acciones, de funciones o de papeles que asumen los individuos y en virtud de los cuales sus vidas tienen un sentido.


     Valoración personal. Pienso que la formulación aquí planteada es muy acertada en cuanto a la aparición de la autoconcepción en el individuo del Paleolítico. Aunque yo creo que cuando se trata del fuego, el individuo que consigue hacerse con la rama que está ardiendo la utilizaría para imponerse sobre los otros individuos y conseguir el poder y el mandato. Y por supuesto no enseñaría a los demás como coger el fuego (por que el único poder del grande es que los demás son pequeños), sino que los otros lo aprenderían observando como lo conseguía coger él.


TEMA 2: CONSTITUCIÓN DEL MUNDO Y DEL SÍ MISMO EN LA MIMESIS VERBAL. DEL RITO AL MITO Y AL LOGOS.

La población de sapiens hacia 10000 a.C. pasa de África a Europa, son unos seis millones de individuos repartidos por todo el planeta. Desde 10000 a.C. hasta 1000 a.C. crece hasta los 250 millones.
Las funciones expresivas e imperativas del lenguaje son aquellas en las que el lenguaje humano se parece más a los gritos de los animales.

Función expresiva del lenguaje. El hombre imita al animal cuando quiere atacar, aparearse, etc., y todo por ensayo y error hasta que lo hace bien y se convierte en rito.

Función imperativa del lenguaje. Por ejemplo cuando un niño quiere agua y dice “agua”, o cuando quiere algo de su madre y dice “mamá”. También lo son el llanto o la risa. Es posible que el lenguaje del paleolítico se base únicamente en estas dos funciones del lenguaje.

Elementos del rito: kinéticos (danzas, gestos), cromáticos (pinturas, tatuajes), instrumentales (rama seca, palo afilado), acústicos o fónicos (gritos, voces). Todos los ritos son religiosos. La religión es la relación entre los individuos y un poder superior del que dependen la vida y  la muerte.
Puede ser que el primer acto religioso sea el banquete del animal cazado, porque salva de la muerte de hambre. Comer tiene significado religioso porque uno asimila las cualidades de lo que está comiendo. De la caza y la comida surgen todos los ritos.

Hay ritos de paso, en los que se pasa de un tipo de vida a otro, y estos ritos son: comida, nacimiento, muerte, matrimonio, y pubertad. Los ritos de paso forman la espina dorsal de las religiones. Por ejemplo en el catolicismo están bautismo, comunión, confirmación, matrimonio, y unción a los enfermos.

Aparecen las diferentes esferas de la cultura: religión, política, derecho, economía, arte-técnica, y ciencia. La religión aparece a partir de los ritos de paso, la política a partir de los ritos de fundación de la ciudad o de coronación del rey, el derecho a partir de los ritos de resolución de conflictos, la economía a partir de los ritos de intercambio (en un principio de mujeres), el arte-técnica a partir de los ritos civilizadores o con la aparición de las profesiones, etc.

La autonomización del elemento verbal de los ritos se da en el momento en que crece la población y hay que transmitir lo que hay que hacer, y comienza a darse una división del trabajo. No se da antes porque no hace falta. La forma inicial del lenguaje es el canto porque se aprende mejor algo cuando se canta que cuando se dice. Luego desaparece el canto y aparece el habla que conserva una cierta musicalidad. La función enunciativa del lenguaje se comienza a utilizar para transmitir información. El habla surge al cantar como se hace una cosa pero sin hacerla en ese momento. Cuando se repite el rito para uno mismo, eso es rezar, o sea, una plegaria.

La constitución de la religión como religión interior se da en sitios distintos al mismo tiempo en el siglo VI a.C.: Zaratustra en Persia, Buda en la India, Confucio en China, Pitágoras en Grecia, los profetas para los hebreos.

La emergencia de la política está vinculada a la emergencia del derecho. Hay ritos para recordar la fundación de la ciudad, etc., y si esto se pone por escrito es una especie de constitución originaria. Se juntan diferentes tribus y aparece la ciudad. El derecho aparece con los ritos de resolución de conflictos. Estos ritos van evolucionando. Primero es el vis, que es la disputa, la pelea, gana el más fuerte; después es el fas, el derecho divino, ambos se enfrentan a peligros y el que gana el elegido por dios; luego es el ius, la legitimación de titularidad o propiedad mediante el poder de los hombres, el Estado te da el derecho; y por último el lex, aquí comienza a tener importancia la intención y no solo la acción. El derecho es el reconocimiento y legitimación de la verdad de la vida, el reconocimiento de llevar la razón.

La economía es la obtención y la provisión de los recursos necesarios para la vida. Dentro de esos recursos necesarios está el bien raíz. En el paleolítico, el bien raíz es la mujer, en el neolítico es la tierra, y en el post-neolítico es el dinero. La economía nace de los ritos de obtención e intercambio del bien máximo, de la mujer. La primera norma jurídica que aparece es la prohibición del incesto, esto lleva al establecimiento de los roles de la familia. Aparece en todas las culturas y desaparece con la revolución sexual de los años sesenta. Esto lleva al intercambio de mujeres entre tribus.

Hasta el siglo XX el matrimonio es un negocio entre familias, pero a partir de 1960 desaparece la distinción entre relaciones legítimas e ilegítimas y se da una reprivatización del sexo. Esta abolición de la prohibición del incesto puede deberse a la duplicación de las expectativas de vida de los seres humanos, al aumento de la población, y a la menor mortalidad.

Se empieza a dar el intercambio de un tipo de elemento por otro tipo de elemento (dinero de un solo objetivo o dinero referente a un solo bien, por ejemplo los vales en la actualidad). La acuñación de la moneda se da cuando aparecen el ius y el lex. La moneda tiene solo valor de cambio y no valor de uso. Es la unidad abstracta de medida del valor. En el siglo XX aparece el dinero como bien raíz.

El carnaval es la institucionalización total de la risa o de la burla. En el carnaval se alteran todos los papeles sociales. Es la toma de conciencia de que todo orden es contingente, te ríes de todo porque ves la contingencia de todo. Reírse de todo es una expresión de la libertad del ser humano.

La aparición de la tragedia significa la autonomización de la ética y de la estética respecto a la religión. La ética se autonomiza cuando varias religiones chocan y el individuo tiene que elegir (generalmente entre los dioses de la tribu y los dioses de la polis), aquí es donde aparece el “yo”. La tragedia es una representación no religiosa de acontecimientos religiosos. Al aparecer el hombre realizando unas actividades, el hombre se ve como distinto de esas actividades.

La tragedia es la vanguardia del derecho porque se enfrentan los intereses del hombre con los de otro hombre, la épica es la vanguardia de la tecnología porque el hombre se enfrenta a la naturaleza y la somete.
La autonomización de la estética se da cuando aparece una actitud desinteresada de contemplación de la belleza como tal. El punto de vista desinteresado nace a partir del momento en que la autosuficiencia del grupo está abastecida, entonces se puede dar el lujo de la estética. El primer ámbito en que se descubre la belleza es en el cuerpo femenino, cuando deja de ser el bien raíz y se cambia de una economía de autosuficiencia a una economía de producción. La mujer deja de ser un bien raíz y pasa a ser un lujo, aquí se da por primera vez la separación entre sexo y reproducción. Podemos observar que se consideraba como un lujo por ejemplo en los palacios de los reyes que estaban llenos de mujeres.

¿Cómo nace el logos y la ciencia? Esíodo recoge mitos anteriores al neolítico en los que el logos surge con la unión sexual. Luego hay otros mitos relacionados con la aparición de la alfarería en el neolítico. La aparición de la alfarería está conectada con el pensamiento de los presocráticos,  el arjé sería algo parecido al barro.
La retórica es la musicalidad del lenguaje. La autonomización de la retórica es la autonomización de la persuasión. La palabra persuasión viene de una diosa griega, “la que atrae enamorando”. Persuadir es conseguir que alguien sienta lo mismo que yo, conseguir que alguien crea lo que yo creo. La retórica mueve sentimientos.

La filosofía es el amor a una sabiduría que se constituye como ciencia que busca lo evidente, pero separada de la belleza y de la ética. La filosofía se construye sobre la lógica.


TEMA 3. ELABORACIÓN OCCIDENTAL DEL CONCEPTO DE RAZÓN. EL PARADIGMA ONTO-TEO-LÓGICO.

En este tema vamos a tratar la elaboración del concepto de razón en occidente. Este tema no es aplicable al resto del mundo porque el concepto occidental de razón aparece en Grecia, y sólo la cultura occidental es “heredera” de la cultura griega. El concepto de razón que aparece es el concepto de razón científica, ahora veremos por qué.

Cuando partimos de la creencia de que en el principio era el caos, vemos la cultura como más radical que la razón, como más original. El mundo no estaba hecho para satisfacer las necesidades de los humanos y por tanto ellos observaban un caos en la naturaleza. El ser humano va formalizando ese caos. El conjunto de procedimientos por los que se formaliza son llamados cultura. La cultura busca el logos que las cosas tienen con respecto al punto de vista humano, pero la razón busca el logos que las cosas tienen de suyo, independientemente de su utilidad y desde el punto de vista de las cosas en sí, esta es la actitud teórica. En la correspondencia que tienen las formalizaciones que se hacen con el logos que las cosas tienen de suyo entra en juego la razón científica y filosófica. Hasta el siglo XX esto se ve como la emergencia de la filosofía y de la ciencia sin más, pero a partir de entonces se ve de otra forma. Esta razón emerge por el predominio de la actitud teórica. La consolidación de la actitud teórica se debe a una consolidación de una especie de axiomática, que lleva a cabo Aristóteles, que consta de tres proposiciones:

-el primer sentido del ser es el de sustancia y acto (ser real, ser como lo creía Pitágoras).

-el segundo sentido del ser es el de verdadero y falso (ser intencional, como lo creía Parménides).

-el tercer sentido del ser es el de potencia y acto (como lo creía Heráclito).

A esto es a lo que Heidegger llamará el paradigma onto-teo-lógico. Este paradigma onto-teo-lógico se ve representado en la figura de Narciso, con ella en el mundo romano aparece representada la escisión entre el ser real y el ser intencional. Hasta el siglo XX se viene marginando el tercer sentido del ser, pero a partir de este momento se toma como el primer sentido del ser. Quizá la razón se construye sobre este paradigma porque en el proceso cultural que va de Pitágoras a Platón se ha generado un plano de representación abstracta: aparecen las democracias, se acuña la moneda, aparece la ley escrita, aparecen las tragedias, etc. 

Todo esto resaltaba que lo inmutable era más verdadero que lo cambiante.

El logos no es razón, la razón es la capacidad de captar el logos. El logos son las leyes mediante las cuales están relacionadas todas las cosas. Para Heráclito el logos es capacidad de transformación, a partir del siglo XX se verá así. Los primeros filósofos buscan ese logos, esa unidad entre todas las cosas, aquí es donde aparece la ciencia, que es una conmensuración de las cosas respecto a unas medidas.

TEMA 4. ELABORACIÓN OCCIDENTAL DEL CONCEPTO DE PERSONA.

La cultura occidental ha elaborado un concepto de persona como sujeto de los derechos humanos, y esa concepción de todas las capacidades que tienen y todos los derechos que merecen están en la Declaración de los Derechos Humanos de 1968. Esta declaración está firmada por todos los países.

El concepto de persona que conocen los europeos se constituye sobre una triple base: el concepto griego de ciencia; el concepto romano de derecho; y el concepto cristiano de libertad.

El primer momento es el choque entre individuos de distintos grados de autoconciencia. Esto se da con las conquistas y colonizaciones. La autoconciencia puede surgir mediante los conflictos de personalidad o porque la cantidad de información aumente y requiera la acción de los dos hemisferios del cerebro. A través de la autoconciencia se elabora el concepto de “sí mismo”, que Aristóteles estructura de esta forma: El sí mismo se divide en pensamiento (lo que pienso), afectividad (lo que siento), voluntad (lo que quiero, lo que elijo), y papel social (lo que dicen de mí). Dentro del pensamiento hay dos capacidades que son el intelecto y la conciencia (aunque la palabra conciencia no se utiliza en Grecia). El intelecto es la capacidad de captar el logos y la conciencia es la capacidad de darse cuenta de lo que ocurre en la mente.

Aristóteles hace una diferencia entre hábitos del pensamiento y hábitos de la voluntad. Los hábitos del pensamiento son: el Nous, la ciencia, la sabiduría, el arte, y la prudencia. Los hábitos de la voluntad son la prudencia, la justicia, la fortaleza, y la templanza. Esta sistemática la recoge el cristianismo. Los hábitos configuran el sí mismo. Más que el intelecto, lo que realmente determina el sí mismo es la voluntad, la libertad. Lo más íntimo del hombre es la libertad, y el cuerpo natural. El hombre es radicalmente libertad, pero también radicalmente cuerpo.

“Persona” viene del griego “prósopon” (máscara). Se usa en Grecia y en Roma en otros dos ámbitos. En el derecho como papel judicial que se desempeña, y en el ámbito de la gramática. Las lenguas están constituidas para que las hablen al menos tres hablantes. Adoptan el término persona para designar a cada uno de estos tres hablantes.

En el siglo II, los griegos y romanos que asumen el cristianismo tienen que explicar qué y quién es Jesús. El primer dogma elaborado es el de la maternidad de María, Jesús es hombre porque es nacido de mujer. Para afirmar que Jesús es Dios hay que afirmar que su sí mismo es Dios. Lo que entra en las entrañas de María es el logos. Jesús es una persona divina pero con naturaleza humana. Después aparece el dogma trinitario, Dios es sólo uno pero tiene tres hablantes, tres personas. El sí mismo es infinito e innombrable, la persona es finita y nombrable. Aquí aparece el término persona como profundidad infinita del sí mismo, así conocemos nosotros el concepto de persona, como la profundidad infinita de la razón y de la libertad en un individuo.   

TEMA 5. EL SUJETO MODERNO. MODELO MONOLÓGICO Y MODELO DIALÓGICO.

La modernidad concibe al hombre como sujeto. También hay otra palabra nueva, que no existe en latín, sino que viene de las lenguas vernáculas. Esta palabra es “yo”. Aparece un uso frecuente de los pronombres personales. Se empieza a afirmar mucho al individualidad: se separan los trabajos, aparecen las habitaciones individuales, se empieza a llevar dinero encima (en cantidades pequeñas), se empiezan a firmar las obras de arte, etc. El símbolo de esa individualidad social es el pronombre personal “yo”. Llega a construirse así el origen de la filosofía moderna: el yo, y por este yo se entiende el yo autoconsciente.

Para los modernos el “yo” es el pensamiento. El “yo” es el existente que es consciente de sí mismo, y quiere tener el control total de su existencia. Todos los hombres son iguales porque todos son un “yo”. Según Kant, la persona que es soberana de sí mismo tiene un valor infinito, porque el mayor valor es el sí mismo, ya que nadie querría tenerlo todo a costa de ser otro. A ese valor infinito se le da el nombre de “dignidad”.
Se dan la explosión del sistema social, la explosión demográfica, y aparece la revolución como reflejo de la soberanía del “yo” y de la igualdad de todos los hombres… a partir de ahí aparecen los pactos sociales y las constituciones. Todos tienen derecho a todo.

Kant, Locke y Descartes, utilizan indistintamente “yo”, “sujeto”, y “persona”. Esta es la concepción del sujeto moderno  como persona, dignidad infinita, sujeto libre con voluntad y conciencia para decidir sobre sí mismo. Esta es la concepción monológica (sujeto-objeto).

Pero llega un momento en que esta concepción del hombre como soberano quiebra, a principios del siglo XX. Por muy soberano que sea el hombre, la vida humana depende de factores que no están controlados por el conocimiento. Los primeros en formular esto fueron Freud, Marx y Nietzsche. Ni el ser humano es sujeto, ni la realidad es objetiva. El hombre empieza a denominarse existencia, y existencia es tiempo, cómo organizamos nuestra vida. El hombre como en relación con los demás. La concepción del hombre como dialógica (sujeto-sujeto) la da Hobbes. Aparece así el sujeto posmoderno, que no es libre del todo y lo sabe. El sujeto posmoderno no es soberano.

Hobbes define al hombre desde el punto de vista del derecho y de las relaciones políticas. Persona es el que es dueño de sus palabras y de sus acciones en una representación. Hay dos tipos de personas y dos tipos de representación. Una es representarse a sí mismo y otra es representar a otro. Si uno se representa a sí mismo se llama “persona natural”, y si representa a otro se llama “persona artificial”. La persona artificial existe porque vivimos en un Estado civil. Todos desempeñamos funciones que el Estado delega en nosotros. 

En la medida que somos personas artificiales somos actores.

El Pacto Social es el acuerdo entre todos. El hombre tiende a economizar violencia, y a acabar con la guerra de todos contra todos. Depositamos nuestro poder en “uno solo” y dejamos que él administre el poder. Ese poder que todos tenemos es el poder de matar al otro. Ese “uno solo” es el Estado. El Estado es una persona artificial. El reconocimiento de poder es lo que genera la sociedad. El poder que otorga el Estado es lo que crea una jerarquía social. Hay un círculo virtuoso de confianza, dependencia y certeza: individuo y Estado; Estado e individuo; individuo e individuo. Hay tres factores que hacen que se dé esto: el deseo de tranquilidad y deleite sensual; el deseo de conocimientos y artes pacíficas; el miedo a la muerte y a las lesiones. El Pacto Social es reconocer a todos como políticamente iguales. A partir de él nace la conciencia consensual (yo soy nosotros). La conciencia es dialógica, y el pensamiento también. La conciencia es comunicación. La existencia de cada uno depende del reconocimiento de los demás. Ser persona es ser persona artificial desde todos los puntos de vista. El criterio de verdad es la intersubjetividad. Todos somos personas artificiales.

El ser humano es ficción, la realidad es ficción, el ser humano es artificial, el sistema civil es artificial.

TEMA 6.- DESCOMPOSICIÓN DE LAS REPRESENTACIONES DEL SÍ MISMO.

En este  tema estudiaremos cómo surgen las críticas a las representaciones del sí mismo. Nos concentraremos en la crítica estética, la crítica de las representaciones teatrales y las críticas satíricas.
Cuando se diversifican los ámbitos de la cultura como ya hemos visto, las diferentes esferas de la cultura son esferas de poder, pero ese poder suele estar concentrado en el poder político. El poder va consistiendo más en la representación. La conciencia humana tiende hacia representaciones. El hombre tiende a reconocerse en su conciencia, en las representaciones del sí mismo. Pero hay dos representaciones que no quedan controladas por el poder político porque son expresiones de las inteligencias individuales: el arte, estética; y la ciencia. Son las descripciones de la realidad desde un punto de vista desinteresado, no desde el punto de vista del poder. Si esta descripción de la realidad no concuerda con la que tiene el poder, puede ser peligrosa para el poder.

Los filósofos comienzan a hacer una representación distinta de la que hace el orden establecido, en el teatro ocurre lo mismo. Por eso hay una tendencia por parte del poder político a controlar todos los escenarios de las representaciones científicas y artísticas. El poder siente la necesidad de controlar esto porque la crítica más demoledora que se puede hacer sobre cualquier ordenación sociocultural es la burla, la sátira, la broma, la ridiculización. Ser ridículo es ser digno de risa, y esto es peor que ser falso o injusto, porque para decir que algo es falso o injusto hay que considerarlo como algo serio, pero ridiculizar algo es no tomárselo en serio. Y no tomar algo en serio, es despreciar ese algo. Por esta razón, en Roma aparece una censura de las obras teatrales, y los actores y actrices están muy mal vistos, no pudiendo ni siquiera tener cargos públicos.
La risa como crítica es demoledora, es el acto de terrorismo epistemológico por excelencia. Desde los inicios del cristianismo, y anteriormente con Aristóteles, se tiende a controlar la risa, a prohibirla. La orden de san Benito establece el modo en que debe producirse la risa y el modo en que no debe producirse nunca. Una de las razones para esto es que la risa es algo que se considera como una falta de respeto a la realidad, al creador. El actor está mal visto porque imita la realidad que ha creado Dios, faltándole así al respeto. Imitar a Dios es asemejarse a Satanás, porque éste es caracterizado frecuentemente como el imitador de Dios. Pero en el Renacimiento, esto sufre un cambio, sobre todo a partir de Leonardo Da Vinci. El artista comienza a ser considerado como un creador. Se asemeja a Dios como los santos y los mártires.

Nos reímos porque no creemos que nuestras representaciones de lo real sean absolutas, tenemos la certeza de que todo saber es contingente, de que todo saber es un constructo humano. Como la representación de la realidad no es absoluta, pero el poder toma la suya como absoluta, el poder es lo más ridiculizable.

La risa pertenece al orden de la inteligencia somática, la risa es una reacción orgánica, y por eso provoca tanto placer espiritual como placer físico. En la risa intervienen: una captación de la realidad, una expectativa de que todo siga normal; una amenaza que pertenece a lo real, un acontecimiento peligroso. La risa aparece cuando una amenaza real se ve desde una perspectiva diferente en la que se percibe como una amenaza no real. Se produce la captación simultánea de la amenaza como real e irreal. Se produce el tránsito de una situación de amenaza a una situación de seguridad.

Las formas de absolutización de la burla se dan a partir del siglo XX, con el humor de lo absurdo (quizá el primer ejemplo de este tipo de humor sea el de los hermanos Marx). Esto se da cuando el pensamiento occidental es capaz de hacer una enmienda a toda la reflexión filosófica anterior, el caso más claro de esto es el de Nietzsche. Con la filosofía de Nietzsche, aparece por primera vez la risa como filosofía o como forma de pensamiento. Él propone una transmutación de todos los valores porque hay que dejar de pensar que el orden es absoluto.

Cuando la burla no es de lo particular, sino de la totalidad, ¿qué se puede hacer para que la risa no se convierta en desesperación? Pues el humor del absurdo puede no ser desesperado. El triunfo de la hermenéutica en el siglo XX es el triunfo sobre el nihilismo. Que no haya verdades absolutas no quiere decir que no haya verdades relativas. Este es el planteamiento del perspectivismo, del existencialismo y de la hermenéutica.

En el siglo XX cabe un humor del absurdo porque se comprende la precariedad de las representaciones de lo real que ha tenido el pensamiento occidental. Pero la realidad no es la nada, es el misterio. Uno puede reírse sin que esa risa sea desesperación apoyándose en la verdad de lo humano, porque la verdad de lo humano es la finitud, porque la verdad de lo humano es esa precariedad. Y siempre que la risa no es desesperación, la risa es seguridad. Cuando la risa forma parte de lo cómico relativo, la risa es malévola, es una autoafirmación mediante la burla de los demás (superioridad del hombre sobre el hombre), pero cuando la risa forma parte de lo cómico absoluto, es purificante porque nos reímos de nosotros mismos, y así nos elevamos por encima de nuestro orgullo (superioridad del hombre sobre la naturaleza).


TEMA 7.- MULTIPLICACIÓN DE LOS ESCENARIOS. EL NUEVO PALEOLÍTICO.

Lo que vamos a tratar en este tema es el análisis de la infraestructura de la existencia como la infraestructura del pensamiento.

Vamos a ver cómo se descompone o se altera un ordenamiento sociocultural por causas físicas. Los grandes cambios naturales provocan grandes cambios culturales. Esto ocurre varias veces en el Paleolítico. Cuando los hombres empiezan a vivir de otra manera, empiezan a pensar de otra manera.

La crítica a todo lo anterior que se da en el siglo XX, tiene que ver con que se dan condiciones de vida distintas de las que se han dado en el resto del Neolítico. Se propone la tesis de que el Neolítico termina en el siglo XX. Aparecen algunas condiciones parecidas a las del Paleolítico, por eso se titula el Nuevo Paleolítico. En el Paleolítico, se daban grupos de personas de entre cincuenta y doscientos integrantes, que no tienen mucha relación con el resto, y además son nómadas. En el Neolítico aparecen las ciudades, y tienen una economía de producción, nace aquí la escritura como medio de controlar la producción. Se pasa de la caza a la agricultura. El grano puede almacenarse durante mucho tiempo, y por eso los primeros núcleos urbanos y las primeras escrituras nacen en las zonas que hay grano, incluso ahí es donde nacen los primeros Estados. Con el Neolítico nacen la esclavitud, la guerra, las clases sociales y la propiedad.

Se produce un aumento fuerte de la densidad de población, el Neolítico es la primera gran explosión demográfica, que determina una división del trabajo. Esto produce una división en clases sociales. Aquí aparece la propiedad inmobiliaria. El bien raíz es la tierra. Hay una clase social destinada a la defensa, a la guerra. A partir del momento en que hay guerra, surge la esclavitud: se destinan a los perdedores a trabajos como la agricultura o la ganadería, así se obtiene beneficio económico. Empieza a haber tiempo libre en la clase social de los propietarios, y en éstas condiciones nacen la ciencia y la filosofía.

Estas condiciones del Neolítico han desaparecido o se han disuelto en cierto modo. Las ciudades aparecen en torno al 2000 a.C. y desaparecen en el 2000 d.C. La economía de producción también, porque deja de ser la tierra el bien raíz y pasa a serlo el dinero. La escritura empieza a utilizarse en el 2000 a.C. y es superada por otras formas de comunicación en el 2000 d.C.

Cuando el bien raíz era la tierra, la identidad del ser humano estaba vinculada a la casa familiar, las construcciones que hace el hombre son para vivir ahí siempre. Cuando el bien raíz es el dinero, la propiedad financiera no es real, no es fija, es muy volátil, muy abstracta, y no es identificable en términos físicos. La categoría que sirve para entender la realidad es la de relación, la de movimiento. Empieza a darse una movilidad geográfica y laboral. La economía que nace es la de consumo y bienestar. El capital más importante son los seres humanos. La riqueza depende de la gente y de lo que produce esa gente, que producen cosas que los demás quieren. El dinero es orden de trabajo. En el siglo XX la riqueza es creatividad, la creatividad de las personas. Todo el mundo hace cosas para los demás.

Al desaparecer la propiedad inmobiliaria como bien raíz, lo que ocurre es que desaparece la esclavitud. La abolición de la esclavitud tiene que ver con el crecimiento de la economía y de la individualidad. Se produce la universalización del salario porque un salario es más barato que un esclavo, ya que en una sociedad industrial, la tierra cuesta mucho dinero y ya no es rentable tener esclavos. La movilidad geográfica y social del asalariado es más grande. Cada individuo está vinculado a su salario, tiene autonomía.

El siglo XX supone una superación de la ciudad. Una ciudad es la forma y el símbolo de una relación social integrada con centro y límites. Lo que hace cada miembro de una sociedad depende de lo que hacen otros miembros de la ciudad. En el siglo XX, desaparecen el centro y los límites de la ciudad (no hay un centro porque hay muchos sitios buenos para vivir, y no hay límites porque unas ciudades están contiguas con otras), y también desaparece la relación social integrada. Por tanto, la ciudad se ha disuelto.

El hombre vuelve a tener características nómadas, no está fijo en un sitio. La ciudad del siglo XX es indiscernible de un país. La organización en red sustituye a la organización piramidal.

La escritura alfabética determina un tipo de existencia, y un tipo de razón. El lenguaje, puesto que expresa y organiza las cosas de forma lineal, provoca que la categoría de causalidad eficiente sea la principal, la vida está organizada en sentido de sustancia y acto. Todo esto cambia en el siglo XX. La transmisión de información de forma oral a través de los “mass media” se convierte en más importante que la escritura.

Si el ser humano deja de identificarse con la propiedad inmobiliaria, con la sustancia; lo característico empieza a ser su movilidad social y laboral. El hombre empieza a definirse como lo que es en el presente y lo que puede llegar a ser en el futuro, y no como era en el pasado. El hombre deja de ser considerado como sustancia, para pasar a ser considerado como tiempo. La filosofía comienza a concebir al hombre más como existencia o tiempo, que como sujeto o persona. Se concibe como tiempo porque lo más propio de la subjetividad es la dispersión. La movilidad social y laboral, la interacción con los demás, etc., provocan esto. Los roles sociales se multiplican.

El hombre se entiende mejor como autor, actor y personaje. La identidad viene determinada por la conciencia moral y por la conciencia estética.


TEMA 8.- REPRESENTACIONES TEMPORALES Y ESPACIALES DEL SÍ MISMO. EL RELATO Y EL MAPA.

Trataremos cómo funciona el pensamiento a la gente que vive en el Nuevo Paleolítico. El pensamiento pasa de funcionar en clave temporal a funcionar en clave espacial. Lo característico del pensamiento del siglo XX ha sido una representación espacial de la totalidad de lo real y del sí mismo, así como de la razón.

Hegel caracteriza la historia del espíritu de forma geográfica: África es lo informe, la imposibilidad de todo desarrollo; Asia es el país de los contrastes, donde solo uno es libre, de lo desmesurado; Europa es el país donde se da el tránsito de lo particular a lo universal, todos son libres.

Se puede codificar la subjetividad en clave espacial. Es un intento de dejar que salga lo que está más allá de la conciencia, que no está articulado temporalmente: impulsos, etc. Hay una interioridad del hombre que es exterior a la conciencia. El sí mismo de uno mismo está compuesto por lo que se sabe de sí mismo (dentro de la conciencia) y por cosas que no se saben de sí mismo (el fundamento de su ser, su libertad, su conexión con el universo, con el resto del ser).

La concepción temporal del sujeto lleva al olvido del ser porque el ser no es tiempo, el ser es inconmensurable.

La concepción espacial del sujeto supone una apertura al ser. El pensamiento va a fuera, y lo que está fuera del pensamiento es lo que no se puede pensar. El espacio es lo que queda más allá de la reflexión, y por eso marca la diferencia entre pensar y ser. Lo que no se puede pensar es lo pavoroso (Caos malo), lo sublime (Dios), y lo cómico (Caos benévolo). Lo pavoroso y lo cómico son cosas inteligibles, y lo sublime tampoco es inteligible, es Dios, es la omnipotencia, lo tremendo, lo fascinante. El sí mismo no es totalmente abarcable, tiene una parte no conciente, no conceptualizable, no inteligible.

El pensamiento de la exterioridad funciona con el símbolo y con la analogía. El símbolo es la representación de algo real, y guarda una relación con ese algo real. Las relaciones entre símbolos es la analogía. Así es como se constituye la ciencia posmoderna. Se explica el mundo por las afinidades entre las cosas, por las antipatías o simpatías en la relación de unas cosas con otras, por las emulaciones, por las conveniencias, por las analogías. Esto no es científico, opera según la metáfora. Se establecen relaciones cualitativas entre las cosas, basándose en la experiencia de la conveniencia. Para esto hay que salir fuera, porque este no es un conocimiento a priori. Se trata de unificar lo cualitativo, lo cualitativamente distinto. Hay dos niveles de inteligencia: el nivel con el que se hace ciencia, el entendimiento; y el nivel con el que se conocen los principios de las ciencias y se sabe que las percepciones son de uno mismo, la razón. La actividad propia del entendimiento es el juicio determinante, mientras que la actividad propia de la razón es el juicio reflexionante. La inteligencia aquí es el pensamiento creativo, el juicio reflexionante.

El pensamiento de la interioridad opera según el signo y el cálculo. La libertad es el fundamento del lenguaje y del pensamiento de la exterioridad. El signo representa algo real, pero no tiene ninguna relación con aquello que representa. Las palabras son signos de las cualidades de las cosas. Lo números son signos de las cantidades de las cosas. El pensamiento de la interioridad tiende a esquematizar, unifica todo lo exterior disperso en un todo interior, un mundo. Se vive en la representación de la exterioridad que se ha elaborado con la imaginación y la razón. Entre el signo y lo significado hay más distancia que entre el símbolo y lo simbolizado. Entre el símbolo y lo simbolizado hay una relación de similitud y de contigüidad, pero ente el signo y el significado no.

Mientras más cercano se mantiene el pensamiento a la exterioridad y al símbolo, más próximo está el espíritu a la naturaleza en cuanto a lo no abarcable por la conciencia.

En cuanto al tiempo interno, la matemática y la dialéctica formalizan sus contenidos según él. La geometría define el modo en que un espíritu crea sus propios escenarios. Los escenarios creados por la dialéctica y la geometría son casi portátiles porque el espíritu los lleva siempre consigo. El espacio y el tiempo no son dimensiones reales.

El planteamiento aristotélico y kantiano nos presenta un yo trascendental, que es una unidad intelectual, es un sujeto pensante. Pero en este planteamiento se ha olvidado la sustancialidad viva del sujeto. La subjetividad es como un punto de partida, y cada vez se va alejando más de “lo otro”.

Pero la relación entre las diversas cosas y eventos ha de hacerse según el modo analógico y simbólico. La función del sujeto trascendental puede ser desempeñada por un sí mismo que es poder, energía y vida, pero no es un sujeto trascendental.

Las ciencias sociales y espirituales dan lugar a las ciencias cartográficas. Según este enfoque, operan con la similitud, la conjetura, la metáfora. Va dando saltos para pasar de un género a otro, porque con el cálculo no se puede. Hay que buscar el sentido de la realidad y marcárselo, crear un ordenamiento sociocultural. El signo es extrínseco a la cosa, por tanto es figurado. Todo el lenguaje es figurado. No podemos conocer lo que las cosas son en sí, sino cómo se nos presentan. El juicio reflexionante permite descubrir nuevos géneros, el juicio determinante permite una construcción segura.

Heidegger nos llevo de vuelta a la simbolización, al pensar poético, a la metáfora, a la pregunta por el ser, lo inconmensurable, lo desmesurado, lo incapaz de desarrollo. Nos lleva al pensamiento antes de la separación entre lógica, poética y retórica, donde el pensamiento no opera sistematizando una historia universal.


TEMA 9.- MODELOS DE REALIDAD Y MODELOS DE SÍ MISMO.

En este tema trataremos cuál es el modelo de realidad que se tenía desde el siglo VI a.C. hasta el siglo XX, y cuál es el modelo de realidad que se construye a partir de ahí.

La lógica es un modelo de razón, la geometría es un modelo de espacio, la física es un modelo de universo, y la metafísica es un modelo de realidad.

Grecia pone en marcha un modelo de razón como lógica aristotélica, como lógica bivalente. El modelo greco-ilustrado de realidad está montado según la infraestructura de existencia neolítica. El pensamiento se elabora mediante dos categorías: sustancia y causa eficiente. Se construye empezando por unificar la totalidad de lo real dentro de una única categoría. Se explica la realidad a partir del arjé. Toma como sentido primario del ser el ser según la sustancia y el acto, y  como sentido secundario el ser según lo verdadero y lo falso, dejando de lado el tercer sentido del ser. La totalidad del universo es lo que es siempre y de lo que se puede decir.

El modelo de realidad es que Dios es una sustancia y un ente, el mundo es otra sustancia y otro ente, y el ser humano es un ente donde está depositado el intelecto con el que comprende al mundo y a Dios.

En el siglo XX, todo esto se cuestiona. Se dan cuenta de que puede haber diferencias entre la realidad y lo que decimos de ella, puede que el lenguaje y la ciencia lo que hagan sea dibujar modelos de realidad cuya correspondencia con la realidad sólo podamos establecerla hasta cierto punto. Hay muchos motivos para pensar que estábamos equivocados. En cuanto a la ciencia, los cálculos no concuerdan con los hechos, hay hechos que no podemos explicar. La geometría de Euclides nos ofrecía un espacio recto, no daba claves para operar con lo que las cosas son, porque el espacio no es recto. La nueva geometría y la nueva ciencia nacen con Gauss. Respecto al derecho y a la moral, el modelo de hombre da lugar a la proclamación de los derechos humanos, a la dignidad infinita, pero a todo esto le falta algo porque sólo se refiere a los hombres blancos. A Dios le sobra todo, porque el fundamento de los derechos humanos no viene de él, viene de la razón humana. Una ley moral es buena si es universal, y Dios es bueno si cumple la ley moral. Todo esto sólo es un aspecto muy parcial de la realidad. Lo más amplio es el ámbito de la vida humana, de la potencia y la acción, donde no cabe lo verdadero y lo falso, donde no cabe la ciencia. El sentido del ser comienza a ser el de la potencia y la acción.

El conocimiento humano no funciona conociendo y expresando la realidad tal como es, sino construyendo modelos de realidad. El lenguaje puede ser de muchas maneras y por tanto, puede haber muchos modelos teóricos de realidad en las diferentes culturas. Así se llega a la conclusión de que lo anterior solo era un modelo teórico. Se revisa este modelo, y por ello se vuelve al principio.

La totalidad de los ideales, del bien, y de la verdad, da lugar a un orden establecido, que resulta demasiado rígido porque es inaceptable para la gente que no lo puede transitar. No hay un ideal que no tenga un cauce burocrático. La burocracia tiene el inconveniente de que difícilmente permite la realización de otros ideales o la concepción de otro tipo de verdad, de bien o de misericordia. Los movimientos contraculturales de mitad del siglo XX dirigen una crítica al conjunto del orden establecido, al sistema. el precedente de todo esto es el pensamiento científico y filosófico del siglo XX que pasa por encima del orden establecido. La burocratización del pensamiento se da en todos los ámbitos, incluso en el humanismo.

Si se cree que la humanidad se ha realizado del todo y la Historia ha acabado, es que todo se ha pensado mal. Hay que volver al principio y averiguar cómo se construyó el paradigma onto-teo-lógico y el humanismo, ya que es esto lo que no da más de sí.

La teoría de que el hombre es una sustancia no sirve para entender al hombre porque  al hombre eso no le importa. Lo que le importa es que su vida tenga sentido o no lo tenga. La estructura de una vida humana que tiene exigencia de sentido se expone por primera vez en “Ser y tiempo” de Heidegger. La existencia es la vida humana vista desde su movilidad, desde su temporalidad. Tiene una estructura temporal, una duración finita.

A las críticas que hacen a esta obra, Heidegger responde en la “Carta sobre el humanismo”, en la que expone una posibilidad de unos humanismos alternativos. Se le critica que esté atacando al humanismo, a la lógica, a la ética, a la cosmología, se le critica que acepte la tesis de Nietzsche de que Dios ha muerto, y se le critica que haga una filosofía nihilista. Él responde que al hablar contra el humanismo establecido no se tiene que hacer una afirmación de la inhumanidad, porque proponer una alternativa no significa siempre oponer a lo dado lo que le es contrario, pues puede oponérsele también lo que es diferente. Él no afirma lo contrario del humanismo, sino un humanismo diferente. La diferencia es más rica y más amplia que la contradicción. La irracionalidad nació en el paradigma onto-teo-lógico porque no se pensó en el origen del pensamiento, en las posibles direcciones que podía tomar, sino que se estableció que sólo se podía tomar un camino, el de la contradicción.

Lo primero que se piensa es el ser, y lo segundo es lo diferente del ser, el ente. Pero no el no-ser, por ello el primer principio no es la contradicción, es la diferencia. La contradicción solo es un tipo de diferencia.
Una buena teoría del saber es una teoría de la diferencia. La filosofía del siglo XXI y de la segunda mitad del siglo XX es una filosofía de la diferencia.

El modelo alternativo al onto-teo-lógico es el pensamiento dialógico, que parte de entender el ser como evento, como acontecimiento.


TEMA 10.- ONTOLOGÍA DEL SINGULAR Y DIVERSIFICACIÓN DEL FUTURO.

En este tema trataremos cuáles son las características de la filosofía del siglo XXI, y qé tipo de filosofía se hace.

Se toma como sentido primordial del ser, el ser según la potencia y la acción. No toma como punto de partida lo que es en sí, sino lo que depende de lo que cada uno haga. Esto es tomar como punto de partida una pluralidad de seres interactivos. Es una relación dramática de existencias que necesitan un sentido. Las relaciones dramáticas no son científicas, no se pueden estudiar con ninguna ciencia. Cuando pretendemos saber sobre eso, lo que pretendemos es comprender, pretendemos una comprensión.

El hombre se define (según Heidegger) como el ser que necesita comprender o el ser que necesita ser comprendido. Este ser reclama un saber nuevo con respecto del saber científico porque el saber científico es universal y necesario, y la comprensión no. No necesita que lo comprenda todo el mundo, sino que necesita ser comprendido por lo que está en su ámbito vital, y comprender lo que está en ese ámbito. 

Si se trata de comprender según la potencia y la acción, se refiere al singular. Y los singulares no son opuestos, son diferentes.

La filosofía es así, una filosofía del comprender, y se le llama hermenéutica, porque es interpretar e interpretar es entender el significado y comprender.  Pero esto no se hace desde un yo trascendental. Comprender tiene que ver con captar el significado, y captar el significado quiere decir que aquello que significa (signo) remite a otra cosa que no es él mismo, y que es pertinente en relación con lo que yo estoy haciendo. Si lo que hacemos es vivir, y lo que hacemos cuando vivimos es durar, mi vida es tiempo. Un ser que experimenta su vida como duración, tiene una exigencia de sentido con respecto a su existencia. El hombre no se comprende a sí mismo porque no comprende su sentido; es un signo, pero no comprende hacia dónde remite ese signo, hacia dónde apunta. Aristóteles dice que la existencia humana apunta a la felicidad, el hombre quiere ser feliz. Platón le había enseñado a Aristóteles que se es feliz si uno es bueno, pero él no estaba muy convencido de esto. Más bien se es bueno si se es feliz, y no al revés. No sabemos hacia dónde apunta el hombre porque el sentido de la vida es diferente en cada persona.

No es necesario llevar la exigencia de sentido hasta un maximalismo que resulte insoportable. La vida humana no necesita ser una novela para tener sentido. La vida humana puede tener sentido como varias escenas inconexas.

La comprensión es tan diferente en cada singular porque lo que cada uno hace depende de su constitución en tanto que síntesis pasiva (organismo y determinaciones psicosomáticas) y de su contexto o determinaciones culturales. Lo que comprende cada uno depende de estas cosas.

La comprensión es la captación o el conocimiento de lo relevante para los propios proyectos. El punto de partida de este conocimiento es la afectividad. La afectividad es el primer modo de la autoconsciencia. Afectividad es el modo en que uno se siente afectado por las cosas. Pero esta afectividad depende de la síntesis pasiva. Ese ser afectado da lugar a estados de ánimo, que son la forma primera de conocimiento. Estos estados de ánimo son maneras de estar en el mundo, maneras de saber de sí mismo. A uno le afectan las cosas según uno es, pero también uno se hace según le afectan las cosas. Esto es el llamado círculo hermenéutico. Según como nos afectan las cosas proyectamos, y al proyectar se abren posibilidades.

El mundo cultural está hecho según uno lo nombra, porque hablar es crear mundos. Las palabras crean mundos, crean ambientes, o bien los cierran. La esencia se multiplica en muchas dimensiones que antes no estaban.

La ontología de la comprensión tiene que ver con que a cada uno se le deje hablar de sí mismo e interpretarse a sí mismo. Por ello, la ontología de la comprensión tiene que ver con el diálogo. Hay una pluralidad de mundos y de ambientes, por tanto hay una pluralidad de futuros. Cada uno tiene su futuro. Por esto se puede decir que la Historia ha acabado, porque cada historia es diferente de la otra ya. Ahora no hay ningún objetivo universal porque ya se lograron los objetivos universales en la Declaración de los Derechos Humanos.

El papel de la filosofía es seguir comprendiendo su tiempo, y seguir elevando su tiempo a concepto.


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